07 01 08 Modificar la gramáticalos trabajos de Paolo Virno sobre el virtuosismo y el éxodoTraducción de Marcelo Expósito
“El éxodo es la traducción en términos de praxis política del procedimiento heurístico que los matemáticos definen como ‘variación en los datos’: dando preferencia a factores secundarios o heterogéneos podemos desplazarnos gradualmente de un determinado problema, el dilema entre sujeción o insurrección, a un problema totalmente diferente: cómo llevar a cabo la defección para experimentar formas de autogobierno previamente inconcebidas”[1].
Paolo Virno es
un filósofo preocupado principalmente por la filosofía del lenguaje. Porque se
trata de un dato no siempre evidente, es necesario señalar que su filosofía se
desarrolla sobre el telón de fondo de la teoría operaista y postoperaista
italiana, resonando también en ella ecos del postestructuralismo francés
contemporáneo. El compromiso continuado de Virno con determinadas cuestiones
filosóficas se corresponde con su compromiso político, que comienza con la autonomia
operaia en la Italia de los años setenta. La genealogía del pensamiento post/operaista
es un eje importante de las luchas que tuvieron lugar en la Italia de los años
sesenta y setenta, el cual fluyó desde las luchas obreras en las grandes fábricas
y a través de las luchas extrainstitucionales de la autonomia hacia la
muy temprana confrontación teorética y práctica con las transformaciones de los
modos de acumulación y producción capitalistas. El propio Virno formó parte
activa del grupo político Potere Operaio siendo joven en los años setenta, razón
por la cual hubo de pasar tres años en prisión y un largo proceso judicial
hasta su absolución final. En su libro Gramática de la multitud[2] Virno describe, entre otras cosas, cómo lo político ha migrado desde la esfera pública hacia los ámbitos de la producción. Explica esta subsunción de la agencia política en los procesos de trabajo mediante la categoría de “virtuosismo”. Virno ve en ella una de las precondiciones esenciales del actual orden de la producción, incluso hasta el punto de conectarla con la emergencia de un nuevo “sujeto” histórico-político: la multitud posfordista. En el capitalismo posfordista el trabajo es cada vez más una ejecución virtuosa que no tiene como resultado la producción de objetos. Al mismo tiempo, el trabajo exige un espacio que se estructura como una esfera pública. Lo que para Hannah Arendt era la categoría fundamental de lo político, la presencia de otros, el exponerse a la mirada de otros, la cooperación y la comunicación, es ahora la cualidad fundamental del trabajo. Términos filosóficos como virtuosismo y performatividad, cuando se sustraen de esas connotaciones, pueden en efecto aplicarse también a las prácticas artísticas o políticas[3], pero ello requiere una especial sensibilidad, a veces incluso una actualización artística de los términos. Un ejemplo tanto de este tipo de sensibilidad como de actualización de los conceptos de Virno es el vídeo Primero de Mayo (la ciudad-fábrica)[4]. En él, el artista y activista español Marcelo Expósito perfila una introducción compleja a las trasformaciones que llevan del paradigma de la fábrica fordista al trabajo cognitivo y afectivo virtuoso. Tomando como ejemplo el Lingotto, una planta de la fábrica Fiat en Turín que fue el orgullo de la producción de automóviles en los años treinta y que es ahora un hotel y centro de conferencias multifuncional, caldo de cultivo de la industria de servicios y un ejemplo actual de fábrica difusa, Expósito muestra en imágenes expresivas y detalladas las transformaciones de lo político y de los modos de producción que Virno describe. En paralelo a este plano de la producción discurre en el vídeo un eje de discusión sobre las formas de resistencia, que se han desplazado de la huelga a las intervenciones en la ciudad entendida como la nueva base de la fábrica posfordista, del sabotaje en la maquinaria de la fábrica a la figura del hacker que interrumpe la maquinaria de la comunicación, de los obreros y obreras en huelga en la fábrica fordista a las prácticas actuales del grupo Chainworkers y el movimiento Euromayday que ejecuta una renovación transnacional de la praxis política del Primero de Mayo[5]. Una lectura detallada de Gramática de la multitud nos hace sospechar que Virno, al contrario que la perspectiva ontológica-spinozista de su colega Antonio Negri, está más interesado en la gramática que en la multitud. Su interés en cuestiones de filosofía del lenguaje, su énfasis en el lenguaje como una partitura indeterminada del animal humano refuerza esta lectura. En coherencia con ello, la escritura de Virno pone en conexión con la filosofía política estas cuestiones del lenguaje y del intelecto como base transindividual de la cooperación y como general intellect, y lo hace interpolando o partiendo de quiebros y puentes a veces sorprendentes. En su libro más reciente, Motto di spirito e azione innovativa (El chiste y la acción innovadora), esta estrategia teorética se repite de nuevo: en primer término, el libro consiste fundamentalmente en una discusión sobre la “esencia”, la “estructura” y la “lógica” del chiste, que se hace corresponder con la cuestión de la génesis de la creatividad y la acción innovadora. El punto de partida es una lectura, desde el punto de vista de la filosofía del lenguaje, del estudio de Freud sobre el chiste publicado en 1905. Virno califica a este libro como el intento más significativo de interpretar los diferentes tipos de chistes de un modo virtualmente botánico, con el cual los propios procedimientos de Virno guardan alguna similitud, aunque estos últimos sean estrictamente antifreudianos. De acuerdo con Virno el chiste es un diagrama de la acción innovadora. Los cambios macrocósmicos de las formas de vida se espejan en miniatura en la propia gramática de éstas. Virno intenta demostrar, analizando un amplio espectro de reflexiones filosóficas —Aristoteles, Wittgenstein y Carl Schmitt—, que el chiste nos muestra que el mundo se puede cambiar y cómo se puede hacerlo. Y a través de reflexiones sobre la tercera persona y la esfera pública, el concepto aristotélico de frónesis como conocimientos prácticos, la dificultad de aplicar una regla y la relación que ello tiene con la excepción y el estado de emergencia, Virno retorna, sorprendentemente, a dos de sus figuras familiares en Gramática de la multitud. En El chiste y la acción innovadora estas figuras aparecen inicialmente como los dos tipos fundamentales de chiste. Para Virno, estas dos formas principales de falacia, que son también los géneros de chiste primarios, son el uso múltiple y el desplazamiento: “todos los chistes, al mismo tiempo que consisten en intentos de modificar la forma de vida propia en una situación crítica, se sostienen o bien en la combinación inusual de elementos dados o bien en una desviación abrupta hacia elementos ulteriores”. El chiste es un microcosmos en el que experimentamos las mutaciones del sentido deductivo y el desplazamiento de significado que provoca la variación de una forma de vida. A esta doble tipología del chiste Virno añade otras equivalentes al nivel macroscópico: la innovación emprendedora y el éxodo. Ya en Gramática de la multitud Virno buscaba revertir la teoría de la industria cultural de Adorno y Horkheimer: mientras que los dos teóricos de la Escuela de Francfort describían el campo cultural como el último santuario libre frente a la industrialización total de la sociedad, considerando por tanto la industria cultural como un producto tardío de la transformación fordista, Virno ve en la industria cultural la anticipación y el paradigma de la producción posfordista[6]. La industria cultural, cuya finalidad es la producción de comunicación mediante medios de comunicación, es la matriz del posfordismo, siendo su figura central la de los virtuosos de masas. Virno ofrece un ejemplo de virtuosismo en el sentido más estricto posible: el odio de Glenn Gould a la idea de actuar frente a un público, lo cual le hizo retirarse a las grabaciones de estudio. Marcelo Expósito muestra en su vídeo la práctica de Gould de una manera chocante: el virtuosismo de Gould se da no tanto en su actividad ejecutante sino más bien en su meticuloso trabajo de recomponer el material en la posproducción. Una figura similar aparece en El chiste y la acción innovadora como analogía del chiste tipo en tanto que “combinación inusual de elementos dados”. Esta figura de innovación que implica la recombinación de elementos dados es la función emprendedora. La figura del emprendedor no se ha de confundir aquí ni con un ejecutivo ni con el propietario de una empresa capitalista. Antes que atribuirla a una persona, profesión o cualquier otra condición estable, se trata aquí de pensar esa figura como una función y una “facultad específica de la especie que viene a activarse en caso de crisis o de estancamiento”. La función emprendedora es análoga al ars combinatoria del chiste, de acuerdo con la cual un mismo material verbal se utiliza de maneras diversas. Desde esta perspectiva, la creatividad y la innovación se basan primeramente en la pequeña diferencia que introduce la repetición, pero también en el error, en las falsas conclusiones y en las malinterpretaciones. El otro tipo fundamental de chiste e innovación es el desplazamiento. “Los recursos lógico-lingüísticos que se requieren para abrir un salida imprevista del Egipto del Faraón son los mismos recursos de los que se nutren los chistes (y las inferencias paralógicas) que se caracterizan por el desplazamiento, es decir por una desviación abrupta con respecto al eje del discurso”. Desplazamiento significa, a nivel lingüístico, cambiar de tema en el curso de una conversación que discurre por cauces bien definidos. En el campo de lo político ello tiene lugar en forma de defección colectiva, como éxodo: Virno enfatiza que entiende el éxodo como una acción colectiva que se basa en el principio paralógico del tertium datur. Como afirma la cita que encabeza este artículo, se trata de una forma de negación y resistencia no-dialéctica, o más bien de defección y fuga. Enfrentados al dilema de si debían someterse al Faraón o rebelarse abiertamente contra sus reglas, los israelitas inventaron otra posibilidad con la que no se contaba de antemano: fugarse. Haciéndose eco del concepto deleuziano de “líneas de fuga”, el concepto de “éxodo” que nos lega el postoperaismo, si bien no nos permite soñar con un afuera por completo diferente, tampoco se debe entender como una respuesta impotente, individualista o esotérico-escapista. “¡No hay nada más activo que la fuga!”, escribieron Gilles Deleuze y Claire Parnet en 1977, tal y como Paolo Virno repite casi literalmente en 2001 en Gramática de la multitud: “Nada es menos pasivo que el acto de fugarse, de salir”. Lo que este tipo de innovación saliente implica es una forma de defección positiva y peligrosa[7], una fuga que permite al mismo tiempo buscar un arma. En vez de presuponer que las relaciones de dominación son un horizonte inamovible y no obstante tener que seguir luchando contra ellas, esta fuga cambia las condiciones bajo las cuales esa presuposición tiene lugar. El éxodo transforma el contexto del que surge un problema, en vez de tratar el problema teniendo que decidir entre alternativas ya dadas. Al igual que el chiste y la acción innovadora, el éxodo, en tanto que forma de defección no-pasiva, no-dialéctica y no-individualista, abre un desvío que no está cartografiado en los mapas políticos, “con el fin de modificar la ‘gramática’ misma que determina todas las posibilidades entre las que se puede elegir”. [1] Paolo Virno, Motto di spirito e azione innovativa. Per una logica del cambiamento, Bollati Boringhieri, Roma, 2005. Todas las citas de Virno que a continuación no se identifican provienen de este libro. [2] Gramática de la multitud. Para un análisis de las formas de vida contemporáneas, Traficantes de Sueños, Madrid, 2003 (accesible en http://www.traficantes.net), también en Colihue, Buenos Aires, 2003. [3] El propio Virno concretiza el concepto de lo “performativo” particularmente en relación con los actuales movimientos sociales, a los cuales llama en consecuencia “movimientos performativos”. Véase “Un movimento performativo”, en transversal: precariat, julio de 2004 (http://eipcp.net/transversal/0704/virno/it). En este texto Virno analizaba en primera instancia la cuestión de por qué el movimiento antiglobalización no había logrado abarcar suficientemente “esas formas de lucha que son necesarias para transformar la situación de trabajo precario, temporal y atípico en bienes políticos”. [4] Véase http://www.hamacaonline.net/obra.php?id=240. [5] Véase http://www.euromayday.org y Gerald Raunig, “El precariado monstruo”, en translate: procesos de recomposición social, marzo de 2007 (http://translate.eipcp.net/strands/02/raunig-strands02en/?lid=raunig-strands02es). [6] Véase Gerald Raunig, “La industria creativa como engaño de masas”, en transversal: creativity hypes, febrero de 2007 (http://transform.eipcp.net/transversal/0207/raunig/es). [7] Véase Paolo Virno, “Antropología y teoría de las instituciones”, en transversal: instituciones progresivas, abril de 2007 (http://transform.eipcp.net/transversal/0407/virno/es): “Lo que hace peligrosa a nuestra especie es también aquello que la hace capaz de realizar acciones innovadoras”. |
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