02 04 08

Bifo en Buenos Aires: un ejercicio de recombinación

Federico Geller



En su paso por Buenos Aires, invitado por Tinta Limón para presentar el libro Generación Post Alfa[1], Franco Berardi, alias Bifo, hizo una serie de propuestas terapéuticas que fueron seguidas con atención por una miríada de mediactivistas, universitarios y trabajadores de la cultura más o menos flexibles. A último momento, para nuestra sorpresa, dio indicios de haber sido cooptado por la Internacional Errorista.

 


¿Qué es ser feliz en el Semiocapitalismo?

Existen muchas formas de frustración militante: una de ellas es la insistencia en consignas propias de otro período histórico. Otra es la incapacidad de distinguir entre la velocidad del deseo y el ritmo propio, el del cuerpo y el de los procesos de cambio: la ansiedad del que mira demasiado hacia lo que quiere vivir y es incapaz de vivir e incidir en su presente, contracara, en la flecha del tiempo, del que añora un momento glorioso que pasó hace 70, 30 ó 6 años. Desde los años setenta, Franco Berardi viene experimentando con la comunicación puesta en juego en diversas luchas por la autonomía, luchas reprimidas por la alianza PC-DC [Partito Comunista-Democrazia Cristiana], luchas que, sin saberlo, abrieron parte del camino de la era berlusconiana. En Buenos Aires compartió lo aprendido con generosidad.

Las mutaciones tecnosociales que empezaron hacerse visibles hace 30 años (tales como la robotización de la producción y la asociación humano-computadora) producen cambios irreversibles en las formas de vida de múltiples territorios. En resonancia con Virno, Bifo considera que las competencias lingüísticas pasan a ser centrales en el capitalismo actual y propone el término semiocapitalismo para señalar el creciente peso de las dimensiones semiológicas en la producción. El capital y el trabajo han mutado tornándose recombinantes: el trabajo ya no pertenece a personas sino a ensamblajes de actividades.

El semiocapital, por acción y omisión, le dice a cada uno de los trabajadores: “tu vida no me interesa, sino el uso de un tiempo particular de tu persona”. Y ellos parecen responderle: “llámame cuando quieras: para ti estoy siempre disponible y ansioso por responder. Ya no sé cuándo trabajo y cuándo no. Busco ideas e imágenes que puedan servirte en todos lados: en la sonrisa de una mujer o en el cumpleaños de mi hijo”.

El semiocapitalismo es una fábrica de infelicidad, en la que el deseo está cada vez más vinculado al trabajo y explotado por el mismo. Antes el movimiento obrero podía dirigirse a un alma vacante, un alma que no estaba tan aprisionada como el cuerpo físico por formas de explotación que tenían un espacio y una temporalidad más definidos y regulares. En sus palabras, se trata de una deslocalización del trabajo. Cabe preguntarse si no se trata más bien de una tendencia a una relocalización dispersa, en la que distintas tareas ensambladas aparecen mucho más separadas en el espacio y el tiempo. Quienes las realizan pueden ignorarse mutuamente, deslocalizados sólo en apariencia, pero en una apariencia fulminante que se integra al proceso de trabajo. Dichas tareas, elementos discretos de la recombinación, no dejan de ser materiales ni de estar integradas a formas de trabajo preexistentes y que aún perduran en muchos territorios. El capitalismo produce cada vez más signos, pero esos signos son materiales en su elaboración, en su transmisión e interpretación, aunque al usarlos no reparemos en su materialidad ni podamos explicar la misma con rigor. Bifo es consciente de esta materialidad e invita a recorrerla e investigarla científicamente, señalando las regiones de intercambio directo e íntimo entre dimensiones de la realidad que sólo pueden considerarse separadas por una lógica de especialistas obtusos. En esa cartografía dinámica de entrecruzamientos, tenemos que dar cuenta de la íntima relación que se establece entre un sistema de neuronas/neurotransmisores, por un lado, y uno de chips/pulsos electrónicos, por el otro. La intimidad de esa relación multiforme debe ser abordada para poder explicar por qué en EEUU el 70 % del tráfico porno en internet ocurre durante el horario de trabajo y por qué los empleados que ganan U$ 75-100,000  se bajan en el trabajo el doble de pornografía que los que ganan menos de 35,000. ¿Qué función cumple la pornografía en el autodisciplinamiento del trabajador flexible?

En el lenguaje recombinante bifo, ‘post-alfa’ quiere decir post-alfabética, en referencia a la generación que aprende más palabras de una máquina que de su propia madre. Las patologías contemporáneas podrían encontrar una causa en ‘la ausencia del cuerpo de la madre como garantía de referencia durante el aprendizaje’. Esa ausencia es producto de la incorporación creciente de las mujeres al mercado del trabajo. Un buen número de ellas debe dedicarse a criar los niños de otras madres, a cuidar ancianos, a limpiar casas, a producir con bajos salarios o a prostituirse a decenas o miles de kilómetros de sus propios hijos.

El 7 de noviembre pasado, un joven finlandés, con el slogan ‘Humanity is Overrated’ (algo así como ‘la humanidad está sobreestimada’) impreso en su remera,  mató a 8 personas en su escuela, después de dar aviso de sus planes en youtube. Al día siguiente Bifo relata este hecho en la Biblioteca Nacional y plantea que el suicidio, desde Columbine hasta el 11-S, es el  acto político central de nuestros tiempos: una novedad antropológica a ser dilucidada no sólo en su dimensión política o económica, sino apuntando a la relación temprana entre la afectividad y el lenguaje.

La declaración de centralidad de esos hechos es una provocación que dispara algunas preguntas: ¿puede haber una mutación central en esta era de mutaciones? ¿Cómo se construye social y psicológicamente un suicida a lo 11-S y uno a lo Columbine? ¿Qué hay de común y de diferente entre los que se suicidan matando a otros y los que se suicidan solitos?

Los términos “mutación” y “recombinación” provienen de la genética molecular. Está claro que al importarlos como metáforas al terreno cultural adquieren significados nuevos, cuyo valor no está atado a los procesos moleculares de origen ni a la legitimidad que pueda alcanzar su descripción científica. Las mutaciones en biología, fuera del laboratorio, surgen al azar y solo pueden difundirse en una población al ser transmitidas por el mutante a su descendencia. La velocidad de dicha difusión dependerá de distintos factores, entre ellos: el efecto de la mutación en el desarrollo del organismo y el efecto en la relación entre los organismos y su ambiente (la llamada Selección Natural) y de aspectos tales como el tamaño de la población, la existencia o no de migraciones, el tiempo que transcurre entre una generación y otra o la deriva génica (la acción del azar, no en la génesis de una mutación, sino en la composición genética de las poblaciones). En cambio, las mutaciones culturales, la aparición de novedades tecnosociales, no están libres del azar, pero están marcadas por la intencionalidad de quienes las producen y su difusión horizontal, dentro de una misma generación, puede ser enorme. Tanto en un caso como en otro, las mutaciones no ocupan un lugar de centralidad, sino que interactúan con los efectos de muchas otras mutaciones, contemporáneas y pasadas. Las mutaciones pueden ser positivas, negativas o neutras, pueden tener efectos contrapuestos para el porvenir de la especie. Algunas pueden tener un efecto mínimo o nulo, otras pueden tener efectos poderosos y significar una ruptura cualitativa con la identidad anterior: un cambio de signo. Las mutaciones en algunos casos pueden revertirse, aunque la reversión ocurre cuando la especie ya no es la misma, cuando ya han ocurrido otras mutaciones: la reversibilidad en el sistema sólo es posible a un nivel local y parcial.

Contra el deber ser del sacrificio, Bifo sugiere el ejercicio de una ética del placer: 
un placer corpóreo no coincidente con el de las siempre sonrientes promociones publicitarias, capaz de sentir el sufrimiento propio y ajeno, esto es: un placer sensible. La receta que prescribe para los ansiosos es “take it easy: lavorare con lentezza”, dejar de ver al otro como una pérdida de tiempo y reparar en su singularidad, en su respiración, en su silencio, en su mirada. La verdadera riqueza es disponer de tiempo para compartir con otros.

El capital recombinante es voraz e incorpora sin asco, en su formidable expansión, múltiples fragmentos de cultura y contracultura.  Las nuevas formas de activismo, determinadas en gran parte por las nuevas formas de explotación, también tienen características recombinantes. Vale la pena seguir indagando y experimentando, de forma cada vez más consciente, con el entrecruzamiento de tiempos y saberes de las diversas luchas por la autonomía, de las más cercanas a las más distantes, de las más ‘periféricas’ a las más ‘centrales’. El territorio definido por esas luchas es un espacio de mutación cultural, en el cual nuestra noción de autonomía puede enriquecerse y actualizarse en base a experiencias concretas. En ellas, la autonomía puede vislumbrarse como una determinación creciente- a veces gradual y otras con saltos, con avances y retrocesos- de creación de diversidad y horizontalidad en las múltiples relaciones que nos atraviesan y no como un lejano punto de llegada. Las imágenes idealizadas de la autonomía como una plenitud a conquistar de una vez por todas, o claustrofóbicas, como una comunidad que debe cerrarse sobre sí misma, tratando de mantenerse incontaminada por las relaciones de fuerza que la “rodean” (¡!), sólo puede llevar a frustraciones, a constituir nodos de malestar impotente y murmuración permanente, a hacer propaganda negativa sobre el sueño autónomo.

 

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los cuerpos anquilosados
en reuniones corporativas
las cervicales sacrificadas
frente a circuitos y pulsos electromagnéticos
gritan
quieren volver al primer plano
se enferman
se auscultan
se controlan
se reprimen

hasta que se miran
se tocan
se bailan

las canciones tristes y solemnes
de velorios pasados y anticipados
dan paso al baile de las sonrisas que se miran
perdido el ridículo
en un paso atrevido

Surcar circuitos para producir encuentros:
Reducción del tiempo máquina
Recombinaciones temporales con formatos nuevos
incompatibles con los del silicio y el coltano

los obreros metálicos de Carpani por fin sonríen
y su óxido vira carne

 

 



[1] Publicado en Argentina por la editorial Tinta Limón, http://www.nodo50.org/tintalimonediciones/spip.php?article30; véase también Bifo, “Patologías de la hiperexpresividad”, en transversal: art and police, noviembre de 2007, http://transform.eipcp.net/transversal/1007/bifo/es [Nota del Editor].


http://transform.eipcp.net/correspondence/1207134148
Bifo in Buenos Aires: An exercise in Recombination